Dos lirios en desaliento
Dos lirios se asomaban,
bajo el llanto quebrado,
con animosa resistencia,
albergando impotencia controlada y reprimida.
Bajo el llanto quebrado,
la sonrisa se apaga,
dejando a la ausencia de luz,
como un icono de soledad.
La sonrisa se apaga,
el vertiginoso cuestionamiento,
precede el tormento de incomprensión,
apaciguado en trozos de tela.
El vertiginoso cuestionamiento,
surge arrebatando la verdad,
impregnadas en aceite,
disipando el manto de oscuridad.
Surge arrebatando la verdad,
un razonamiento inesperado,
mostrando la nueva contienda,
que se ha de librar.
Un razonamiento inesperado,
al rozar las antiguas ideas,
lacera las pequeñas e infantiles,
aprehendidas en la niñez.
Al rozar las antiguas ideas,
la verdad se hace más evidente,
la naturaleza se muestra impertérrita,
conociéndote y dejándote.
La verdad se hace más evidente,
y ya no lo puedes soportar,
todo queda olvidado,
el velo realmente ha desaparecido.
Y ya no lo puedes soportar,
ocultas la verdad,
abandonas sin miedo
con miradas de desaliento.